Los nuevos esclavos del siglo XXI no quieren trabajar, dicen las patronales, los explotadores y los cuñaos fascistas  de turno.  “La gente no quiere  trabajar” es la frase de moda que han acuñado los explotadores: la gente no quiere trabajar 10 o 12 horas por 800 euros, la gente no quiere trabajar porque los capitalistas no pagan si no les da la gana y que ellos, los capitalistas, estén tan tranquilos porque saben que no les pasará nada. 

La inspección de trabajo… llegará tarde o mejor aún, avisará al explotador para que lo tenga todo a punto, porque con cinco o seis inspectores de trabajo para la provincia de Cáceres el Estado se lo pone en bandeja a estos negreros.  

De nada sirve subir el Salario Mínimo  cuando no se cumple, de nada sirve legislar sobre las horas extras cuando se hacen hasta 12 horas en la hostelería  y en el comercio, de nada sirve que te hagan un ERTE cuando tu jefe te obliga a seguir trabajando.

Es inútil cuando la legislación y la actual reforma laboral se hacen a medida de los empresarios y se nos intenta convencer desde el Ministerio de Trabajo a bombo y platillo de la bonanza de la última reforma laboral cuando la han quedado como estaba a pesar de que este gobierno prometió su derogación.

La eterna crisis, la crisis más rentable para el capitalismo ya sea económica, sanitaria, como esta pandemia mundial o política, como la guerra de Ucrania; solo sirven y  servirán para que la clase trabajadora se apriete el cinturón y se la siga explotando y precarizando con esta excusa. Mientras ellos, los dueños de las grandes empresas y corporaciones, ganen dinero a espuertas subiendo el precio de la electricidad, de los carburantes, de los alimentos  y bajando  los salarios.

Hasta los pequeños empresarios del transporte, donde la explotación laboral  es el pan nuestro de cada día,  defensores  de la libertad de mercado, están indignados  por los efectos de esta libertad. 

Estamos hartos  y hartas de mangantes de traje y corbata de Luises de Medina de turno,   de  reyes  eméritos, de los  explotadores profesionales indignados porque los camareros no puedan ser explotados y trabajar 12 horas seguidas,  de las ganancias de las empresas del IBEX 35 y de su avaricia, mientras en este país el 21% de los españoles vive en riesgo de pobreza a pesar de la limosna institucional. 

Mientras la ultraderecha española, el partido de los ricos y su clase parásita que ha vivido de los chiringuitos institucionales y de la política, clama al cielo porque quieren  más recortes de impuestos  y protestan  por las ayudas sociales que les dan a los parados de larga duración, mientras atraen a los ignorantes diciendo que las ayudas sociales se las llevan los inmigrantes, y haciéndoles creer que son clase media  y Española por encima del extranjero. 

Con el aborregamiento general de la población, docilidad y el engaño de que todos somos clase media, nos  están robando los  servicios básicos. Las grandes empresas y sus hombres de negocios en los diferentes gobiernos están desmantelando por completo los servicios públicos, el modelo de sanidad privada que quieren implantar  para que la población pase por caja y la estrategia de recortar fondos públicos para cargarse la sanidad pública está llevando a la muerte a muchas personas que no pueden esperar su tratamiento.

El capitalismo en su depredación antinatural  y  en su avaricia desmedida nos está arrastrando a la ruina total con la destrucción del planeta.  El cambio climático,  las crisis medioambientales cada vez más frecuentes, como la falta de lluvia y las sequías constantes en nuestro país. Las guerras  sucesivas  por los recursos energéticos y el expolio de países que son verdaderas colonias de las multinacionales, no hace más que provocar continuas crisis migratorias, guerras auspiciadas por estas potencias que son los mercaderes de armas y su brazo ejecutor: la OTAN, como en la reciente guerra de Ucrania la última feria de muestras de armamento de la industria armamentística.  

En estos últimos tiempos toda resistencia al capital está siendo reprimida, sobre todo en un país como el nuestro con una herencia franquista de represión y muerte, donde los sindicalistas de la CNT están siendo encarcelados y denunciados cosa inaudita en Europa, la represión sindical está siendo un hecho, una justicia que le da la razón a unos empresarios explotadores que se saltan la legalidad laboral. 

Por todo ello:

COMPAÑERAS, COMPAÑEROS, ES HORA DE ORGANIZARSE ANTE ESTA MAFIA.

¡¡¡POR UN PRIMERO DE MAYO QUE SEA EL PRINCIPIO DEL FIN DE LA EXPLOTACIÓN LABORAL!!!

¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO!